Con decenas de irregularidades sin respuesta, corrupción sin freno y escándalos administrativos de sobra, Marcos Calvente decidió que el verdadero problema de Guaymallén era… un concejal borracho. El intendente habló, y habló fuerte. Por primera vez. Lástima que no era sobre su propia gestión. Por Redacción

SuperCalvente al rescate
¿Dónde está SuperCalvente cuando se rompen las chipeadoras?
Guaymallén es un caos silencioso. Viandas millonarias, licitaciones oscuras, funcionarios que no rinden cuentas, vehículos abandonados en los barrios, talleres que cobran fortunas por arreglar seis tornillos, y stands turísticos fantasmas que chupan presupuesto sin mostrar ni un folleto. Pero nada de eso ameritó, hasta ahora, una palabra firme del intendente Marcos Calvente.
Eso fue así hasta que un concejal del oficialismo, Miqueas Burgoa, dio positivo en un control de alcoholemia en General Alvear. Ahí sí, ¡apareció el intendente! Aleluya
Como si hubiese descendido desde la cúspide moral, Supercalvente entró en escena con capa, dictamen y comunicado oficial.
El pecado de Burgoa: más grave que la corrupción sistémica
El episodio fue serio: Burgoa manejaba con 1,25 g/l de alcohol en sangre, sin registro de conducir, semaforo en rojo y con actitud agresiva ante la autoridad. Terminaron demorados él y su acompañante, asesor legislativo del exintendente Marcelino Iglesias. Indefendible por donde se lo mire.
Pero lo curioso no es la falta del edil, sino la reacción sin precedentes del intendente, quien sentenció en MDZ: “Mi decisión política es que no puede seguir en el bloque de Cambia Mendoza”.
¿Y con eso se soluciona todo? ¿Se acabó la corrupción, la desidia, las compras irregulares y los funcionarios inoxidables?
Cuando el intendente se acuerda que puede opinar
Desde que asumió, Calvente ha evitado opinar sobre cada escándalo que afecta directamente a su gobierno: ni una palabra por las viandas de $67 millones en 40 días, ni una frase sobre la chipeadora intervenida, ni un gesto sobre el stand de la Terminal que nunca abre. Pero ahora habla… porque un concejal se pasó de copas fuera del departamento.
¿Será que es más cómodo condenar lo que sucede lejos del palacio municipal, especialmente si es una cuestión del Concejo Deliberante, poder independiente al Ejecutivo?
“Ejemplaridad” selectiva
El intendente fue terminante: “La política necesita ejemplaridad”. Tiene razón. Por eso uno se pregunta:
- ¿Es ejemplar gastar $3 millones en viáticos para tres funcionarias a Córdoba mientras el stand de Turismo está abandonado?
- ¿Es ejemplar que una consultora pueda aspirar a contratos por $1.800 millones para “transformación digital”, mientras no se puede acceder a un simple trámite municipal?
- ¿Es ejemplar la gestión del parque automotor, donde se aprueban reparaciones millonarias sin control, con talleres amigos y presupuestos sin competencia?
- ¿Es ejemplar que la Directora de Comunicación, Melisa Villarroel, sea señalada como el verdadero poder de la comuna, sin cargo electo y con historial de incidentes?
Pero nada de eso amerita una declaración oficial. Eso es más complejo. Mejor señalar a Burgoa, que sí, cometió una falta grave, pero no compromete directamente al Ejecutivo.
Burgoa fuera: ¿el fin de los males?
Al parecer, la ética republicana del municipio despertó justo a tiempo para emitir condena a un actor del poder legislativo, como si eso fuera a resolver la montaña de expedientes, denuncias y gastos injustificados que arrastra la gestión Calvente.
Es más, después del “Supercalvente Statement”, hasta podríamos pensar que se acabaron los problemas:
- ¿Ya no hay más viandas sobrefacturadas?
- ¿La pauta secreta de prensa quedó desactivada?
- ¿Raddi renunció a Control de Gestión?
- ¿Donati explicó los recursos sociales mal distribuidos?
No. Todo sigue igual.
Conclusión: ¿gestión o relato?
La reacción de Marcos Calvente frente al caso Burgoa fue veloz, estridente y quirúrgica.
Todo lo que no ha hecho ante las innumerables denuncias publicadas por medios como Ecos Mendocinos, lo hizo en 24 horas con un edil del Concejo.
Supercalvente se puso la capa… pero solo para mirar a otro lado.
Porque gobernar también es hacerse cargo de lo que uno administra. Y hasta ahora, el silencio sigue siendo su mejor escudo. Mientras tanto, Guaymallén continúa sumergido en una gestión opaca, sin control y cada vez más lejana de sus vecinos.
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Es así!!!! Solo aparentar un gran héroe Omo un SUPERMAN, O EL HOMBRE ARAÑA, CALVENTE ,.MARCELINO IGLESIAS SON MAS DE LO MISMO O PEOR QUE LO MISMO DICHO,
CALVENTE le solicito la renuncia a RADDI? A Amarillo, a OZAN, a DONATTI, a Suárez, a Marin, Tribastoni, Villegas, Sosa, Romero, Gómez? y a otros tantos involucrados en cientos de temas de CORRUPCION DE público conocimiento? vaciamiento de depósitos , capataces asociados.a.empresa en entrega de mercaderías y materiales. No, Guaymallén es sinónimo.de.silencio en Guaymallén se.tapa todo!