Por Néstor Bethencourt
👉 En esta nota:
– Actos para “agentes destacados” y comerciantes premiados.
– Viandas y catering selecto pagado por todos.
– Censo de comercios trucho y proveedores amigos.
– La mentira en la gestión detrás de los diplomas.Mientras Guaymallén se da el lujo de premiar “agentes destacados” y “comerciantes ejemplares”, sigue acumulando escándalos en luminarias, viandas, censos truchos, movilidades sin control y gastos obscenos. Los diplomas se reparten arriba del escenario; las cuentas, abajo, las paga siempre el mismo: el vecino.
1. La alfombra roja de los “destacados”
Hace pocos días, Guaymallén volvió a hacer lo que más parece saber hacer: montar actos.
El homenaje a los agentes destacados Guaymallén se parece más a una autopremiación de la gestión que a un reconocimiento genuino.
La versión para Instagram
Por un lado, el homenaje a los llamados “agentes municipales destacados”, una postal repetida desde hace años, donde el intendente de turno sube, se saca la foto, agradece “el compromiso y el laburo de cada día” y dice, con cara solemne, que “pone en valor el aporte que hacen a la gestión”.
Por otro lado, el reconocimiento a los comerciantes, algunos supuestamente con más de 20 años de trayectoria, donde se habla de “tejido productivo”, de “esfuerzo”, de “apuesta al departamento” y de “acompañamiento del Estado”. El relato oficial luce perfecto: comerciantes sonrientes, funcionarios de traje, diplomas, un poco de música, algo de protocolo y la foto para redes, con Marcos Calvente al centro.
Hasta ahí, la versión para Instagram.
La versión que no suben
La versión que no suben es la otra: la oleada de críticas internas y externas.
Municipales que saben mejor que nadie quiénes son los que “destacan” de verdad y quiénes están ahí arriba por ser amiguitos del poder, obsecuentes profesionales, transas de la política, o simplemente piezas claves del engranaje que sostiene la mentira diaria.
“Uno de los agentes destacados es Nadia Fernández, Jefa de Defensa Civil Guaymallén, quién tiene antecedentes y denuncias de este mismo año.” (Ver notas acá)
Y comerciantes que se preguntan, con toda lógica, qué se celebra exactamente en un departamento donde los mismos que hoy entregan diplomas hace años les suben tasas, los marean con censos eternos y los usan de escenografía cuando necesitan mostrar “apoyo al sector”.
Porque seamos sinceros: en demasiados casos, los que suben al escenario no son los que cumplen las reglas, sino los que se las arreglan mejor para acomodarse a la trampa. Los pseudo empresarios que viven prendidos de la teta del Estado, con contratos, licitaciones, subsidios y convenios; los que tienen contactos “de nivel” que viajan varias veces por año al exterior, especialmente al Caribe, cuando el sueldo municipal solo alcanzaría, con suerte, para un finde en el Carrizal.
¿De verdad estos son los “agentes destacados Guaymallén”?
2. La gestión que se autopremia: “agentes destacados Guaymallén” y expedientes que se hunden
La pregunta que flota detrás de estos actos es brutal en su simpleza:
¿En serio esto es lo mejor que puede ofrecer la gestión de Calvente?
Viandas y gastos millonarios
Porque mientras reparten plaquetas y posan para fotos, el archivo de esta misma municipalidad cuenta otra historia, mucho menos amable y con fechas muy claras.
Hace más de un año que venimos mostrando, por ejemplo, cómo las viandas se convirtieron en un agujero negro de dinero público, con contratos millonarios, catering carísimo y servicios de dudosa calidad. Ya en 2024, Ecos Mendocinos describía gastos desproporcionados para un simple coffee o un menú muy lejos del bolsillo del vecino común.
En abril de 2025, la nota “Viandas millonarias: 67 millones en apenas 37 días” documentó cómo el municipio gastó más de 67,4 millones de pesos en unos 40 días, con respaldo flojo y un esquema de contratación que dejó demasiadas preguntas abiertas.
Censo de comercios y otras irregularidades
Mientras tanto, el censo de comercios –el mismo universo al que ahora se “honra”– ya había sido noticia por sus irregularidades: presupuesto exorbitante, rechazo de la oferta más económica por formalismos menores, adjudicación a Sociolítica S.A.S. pese a errores en montos, personal sin contratos claros, firmas editadas de manera burda, y pagos acelerados “por pedido especial” de Hacienda.
En paralelo, la gestión acumulaba escándalos en movilidades oficiales: uso y abuso de vehículos municipales sin control real, sin monitoreo GPS efectivo, sin padrón depurado, mientras algunos funcionarios usaban las camionetas como si se tratara de su flota particular.
A eso se sumó la fiesta departamental de la Vendimia y otros eventos con contrataciones escandalosas: viandas sobrevaluadas, sillas sin “detalles” pero con contratos muy bien pagos, proveedores favoritos que se repiten una y otra vez.
Y podríamos seguir: luminarias que nunca alumbraron donde debían, reciclados de LED más caros que comprar nuevas, licitaciones duplicadas, viáticos de lujo, subsidios express a determinados actores “amigos”. El basural –hoy exbasural– de Puente de Hierro que aún sigue echando humo y contaminando el ya contaminado ambiente, pero sueñan parque solar…
Todo eso está en expedientes, números, decretos, dictámenes, notas internas. No son chismes: son documentos.
Con ese contexto, ¿qué se celebra exactamente cuando se convoca a “agentes destacados” y “comerciantes ejemplares”?
¿La eficiencia? ¿La transparencia? ¿La austeridad? ¿O la capacidad infinita de la gestión para hacerse un autohomenaje mientras la realidad le explota por todos lados?
2 bis. El menú de la impunidad: los catering de la fiesta
Si alguien quisiera un ejemplo perfecto de cómo funciona esta lógica, no hace falta ir muy lejos: basta mirar las contrataciones de catering para esos mismos actos.
Catering para pocos, pagado por todos
Para homenajear a comerciantes y “agentes destacados Guaymallén”, el municipio volvió a poner en marcha la maquinaria conocida: pedidos de presupuesto, menús cuidadosamente redactados, propuestas que dan hambre de solo leerlas… y, por debajo, el mismo desorden de siempre.
En los expedientes aparecen catering con precios por persona que poco tienen que ver con la realidad de un municipio que pide austeridad al contribuyente, menús “selectos” para un grupo reducido –no se trata de alimentar a cientos de vecinos, sino a unas pocas decenas de invitados– y, otra vez, nombres que se repiten en la lista de proveedores.
Hay presupuestos donde la presentación parece más prolija que el control interno: raciones que no cierran con la cantidad de asistentes, propuestas que cambian sobre la marcha, ofertas descartadas sin demasiada explicación y contrataciones que terminan, casi por arte de magia, en manos de los que siempre están bien ubicados en la fila de los beneficiados.
La ironía del esfuerzo privado y la teta estatal
Mientras se homenajea a comerciantes que “llevarían” (algunos, ponele) 20 años remando solos, el catering para sus diplomas corre, casualmente, por cuenta de los mismos círculos de confianza que ya vimos en viandas, fiestas y agasajos anteriores. Un municipio que supuestamente celebra el esfuerzo privado no tiene empacho en malgastar recursos públicos en mesas de lujo para pocos, en actos que duran un rato y dejan la misma postal de siempre: plato lleno arriba, vacío en los controles abajo.
Es una ironía casi perfecta: se premia a los que “sostienen el comercio local” con eventos servidos por proveedores que viven del vínculo privilegiado con el Estado. Los mismos que, en muchos casos, no resistirían un concurso serio de precios ni una auditoría que revise qué entregan, a cuánto y con qué criterio fueron elegidos.
Ahí, en esos servicios de catering pensados para la foto y el aplauso, se condensa el caos, la falta de control y la impunidad: un municipio que finge orden en el protocolo, mientras hace agua en lo único que debería estar blindado: el uso responsable del dinero de todos.
3. El casting perfecto de los “destacados”
Hay algo profundamente ofensivo en estos actos cuando uno los mira con lupa.
Siempre los mismos nombres
Porque si algo se repite en los expedientes que venimos publicando es la presencia de siempre las mismas firmas, siempre los mismos nombres, siempre los mismos círculos de confianza. Funcionarios eternizados desde la era de Marcelino Iglesias que se reciclan en la gestión de Calvente, proveedores que parecen tener la licitación reservada antes de que salga el pliego, empresas que aparecen una y otra vez donde hay millones en juego.
Y no es solo una percepción: en los listados oficiales de comercios distinguidos de 2020, 2024 y este año se repiten varios apellidos de siempre –como Casa Juan Femenía, Comercial Sgroi o el mayorista Buj– mientras cientos de comercios de barrio nunca aparecen en la foto. Parece que a los funcionarios no se les cae una idea.
El premio que se vende como reconocimiento amplio termina funcionando como un círculo cerrado, donde la Municipalidad legitima, año tras año, al mismo puñado de actores.
Después, algunos de esos apellidos integran jurados, comisiones, direcciones clave. Sostienen, avalan, miran para otro lado. Y al final del recorrido, se sacan la foto de “equipo comprometido”.
A quién se debería homenajear en serio
El problema no es homenajear al empleado que de verdad se rompe el lomo todos los días, muchas veces en silencio y sin recursos. Tampoco al comerciante que lleva 20 años abriendo el negocio, pagando alquileres imposibles y sobreviviendo a cada crisis.
El problema es cuando, mezclado con esa gente, suben al escenario:
- los que firman sin leer,
- los que acomodan expedientes,
- los que reparten favores,
- los que hacen negocios bajo la etiqueta de “modernización” o “economía circular”,
- los que usan la flota municipal como si fueran autos de familia,
- los que tratan al contribuyente como una tarjeta sin límite.
Entonces el acto se convierte en otra cosa: un lavado simbólico.
Una manera barata de decir: “si premiamos gente, la gestión no puede ser tan mala”.
La mentira no está solo en los números. Está en la puesta en escena. Agentes destacados Guaymallén
4. La mentira como método de gestión
Lo más grave es que todo esto ya no puede presentarse como un par de “errores administrativos” o “casos aislados”.
Un modelo que se repite
Hace meses, en Ecos Mendocinos escribimos sobre una “corrupción eterna, silencio garantizado”, un repaso de un año de denuncias sin castigo: viandas, viajes, internas violentas, contrataciones sospechosas, empleados que facturan fortunas por servicios dudosos.
No se trataba de un tropiezo ocasional, sino de un modelo de gestión donde:
- primero se hace el negocio,
- después se acomoda el expediente,
- luego se construye el relato,
- y finalmente se organiza el acto para sacarse la foto.
En serio pueden bancar todas estas anomalías desde la Gobernación?
¿Puede bancar esto el diputado nacional casi retirado Julio César “Cleto” Cobos? En lo personal no creo que sean los más prolijos, en absoluto. Pero lo que dirige –es un decir– Calvente es demasiado. Al menos disimulen un poco.
La vidriera de los premios
La mentira ya no aparece solo en lo que se niega. Se instala, sobre todo, en lo que se muestra: el catálogo de premios, distinciones, menciones, diplomas, reconocimientos, vendimias, “agentes destacados”, “comerciantes comprometidos”, “empresas amigas del desarrollo local”.
Todo impecablemente presentado, mientras en los fondos de los expedientes se acumulan errores groseros, favores y números que no cierran por ningún lado.
En ese contexto, preguntarse si esto es lo mejor que puede ofrecer la gestión no es cinismo: es casi un acto de piedad.
Si lo mejor que tienen para mostrar son actos vacíos y autopremios maquillados, la respuesta se cae sola.
5. Lo que de verdad merecería un reconocimiento
Hay otro tipo de “agentes destacados Guaymallén” que nunca va a aparecer en las placas oficiales:
- el empleado que se niega a firmar algo que sabe que está mal,
- la empleada que guarda copia de un expediente antes de que “desaparezca”,
- el preventor que cumple su horario cuando sus jefes ni se asoman,
- el comerciante que no entra en el juego del favor a cambio de silencio,
- el vecino que manda una foto, un documento, un audio, porque está cansado de que le tomen el pelo.
Los verdaderos protagonistas de una futura auditoría
Esas personas no reciben plaquetas ni viajes, ni aparecen en Instagram del municipio. No tienen discursos, ni menciones especiales en actos prolijos.
Y sin embargo, son ellos los que algún día harán posible que exista una gran auditoría en Guaymallén, esa que la gestión actual sabe que no resistiría, por más diplomas que reparta.
6. Cerrar los ojos o dejar de aplaudir
No todo es pose, ni todo el mundo se la cree.
Hay quienes miran estos actos y sienten vergüenza ajena.
Hay quienes se ríen, como quien mira un teatro barato donde todos conocemos el truco.
Aplauso, silencio o auditoría
La pregunta, otra vez, nos vuelve a nosotros:
¿vamos a seguir dejándolos usar homenajes, reconocimientos y “distinciones” como escudo?
¿O vamos a empezar a separar, aunque sea en nuestra propia cabeza, entre el que merece aplausos y el que merece una auditoría?
Porque sí, los festejos pueden seguir. Los discursos pueden repetirse. Las fotos pueden multiplicarse.
Pero en algún momento, cuando alguien empiece a tirar de verdad de la cuerda, no serán los diplomas los que hablen, sino los expedientes.
Y ahí se verá, sin escenario ni luces, quién fue realmente un agente destacado Guaymallén y quién fue, simplemente, un actor más de la mentira en la gestión.
Si a alguien le queda duda, ayer en esta nota, contamos el caso de uno de esos “comerciantes ejemplares” que sonríe en la foto principal de esta nota: proveedor compulsivo de la comuna, obra clandestina sin habilitación comercial en el lugar, vínculos familiares en el área de Comercio y un censo de comercios tan mal hecho que solo mereció una sanción simbólica. Ahí, con nombres y expedientes, se ve mejor que en cualquier acto quién es ejemplo… y quién es síntoma.
Agentes destacados Guaymallén
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