La pasividad del intendente Marcos Calvente frente a los escándalos compromete la estabilidad polÃtica del municipio. Por Néstor Bethencourt

¿Calvente bajó los brazos?
El intendente Marcos Calvente ya no gobierna. Administra inercias, silencia escándalos y tolera una corrupción que avanza sin resistencia. La gestión se desmorona, y él no mueve un dedo.
El desmoronamiento lento de un intendente ausente
No hace falta que renuncie: basta con mirar su inacción para entender que Marcos Calvente ya no tiene intenciones de gobernar Guaymallén.
Desde que comenzó su mandato, los escándalos han sido muchos. Pero las decisiones polÃticas, ninguna.
La sospecha ya no es sólo de corrupción, sino de abandono de funciones. Calvente está, pero no actúa. Firma, pero no dirige. Habla de eficiencia, pero no controla. La corrupción crece a su alrededor como maleza sin podar.
Tal como viene reflejando Ecos Mendocinos, los hechos hablan por sà solos.
Hay viandas sobrevaluadas, viajes sin autorización, internas violentas en Comercio y contrataciones sospechosas, empleados que facturan fortunas en Parque Automotor y lo apañan, y múltiples casos más.
Pero ni un solo funcionario fue desplazado. Ni una sola auditorÃa seria fue anunciada.
El intendente bajó los brazos. Y Guaymallén quedó a la deriva.
Viandas doradas, viajes fantasmas y escándalos sin respuesta
La licitación A-EE-25165-2024 es un ejemplo. Se destinaron millones de pesos para viandas , en un esquema que benefició, una vez más, a pÃcaros proveedores.
Las irregularidades abundan: Ãtems mal diseñados, precios que duplican valores de mercado, adjudicaciones a empresas repetidas y una distribución hecha a medida de los ganadores. Ecos Mendocinos lo detalló con precisión.
¿Qué hizo Calvente? Absolutamente nada. Ni revisión, ni sanciones, ni explicaciones. Solo silencio. Como si no tuviera responsabilidades sobre cómo se gasta el dinero público.
Otro caso bochornoso es el de Romina Zampieri, jefa de Planificación de Servicios Comunitarios.
La funcionaria viajó a Colombia a un evento del BID en absoluto silencio, y supuestamente sin autorización del municipio. No hubo expediente, no hubo permiso, no hubo constancia de nada. Pero Zampieri sigue en su cargo.
Y Calvente ni se molestó en dar una explicación.
Ese silencio ya no es prudencia: es abandono.
Comercio convertido en campo de batalla interna
El área de Comercio es otro ejemplo de ausencia total de conducción polÃtica. Ecos Mendocinos denunció internas feroces entre un grupo comandado por Farid Aznar, Florencia Minzer y Noemà Quinteros y un subdirector al que tienen pintado.
Se habló de maltrato, amenazas, aprietes y operaciones para quedarse con el control del área.
Los empleados municipales también denunciaron que sufren persecuciones, que hay licencias dudosas y que la jefatura es un caos sin control.
¿Y Calvente? Mira para otro lado. No media, no escucha, no resuelve. La gestión se descompone y él parece aceptar el colapso como una fase inevitable.
Bajar los brazos también es una forma de decidir. Decidir que los poderosos de siempre hagan lo que quieran.
Continuidad de Iglesias… (no deja de ser un elegido de Marcelino)
Marcos Calvente asumió prometiendo continuidad con eficiencia propia. Pero la realidad muestra que solo continuó el aparato de poder montado por Marcelino Iglesias con las mismas mañas.
Con los mismos funcionarios, las mismas prácticas y los mismos contratos sospechosos. Apenas realizó unos pocos cambios de funcionarios “para la gilada”.¿SÃndrome de Estocolmo, tal vez?
Pero ahora, sin liderazgo. Calvente no solo mantiene el esquema: ya ni siquiera lo comanda. Parece resignado. Como si la estructura se gobernara sola, y él fuera un testigo pasivo del deterioro.
El municipio es hoy una nave sin timón. Y eso se nota. Se nota en la falta de respuestas, en la ausencia de polÃtica, en el vacÃo de decisiones.
No hay una sola señal de coraje, ni una pizca de voluntad por cortar con los vicios del pasado. Solo hay supervivencia.
Cuando el silencio deja de ser institucional y se vuelve cómplice
La corrupción no es una tormenta aislada. Es una atmósfera estable, que se respira fuerte en cada rincón del municipio. Pero lo que más inquieta es la naturalización del desgobierno.
Ya no se espera una reacción.
Solo se cuenta cuántos escándalos más puede tolerar el intendente sin decir palabra.
Porque cada dÃa que pasa sin medidas es una ratificación. Ratifica que Calvente prefiere sostener al poder antes que asumir un costo polÃtico.
Ratifica que su lealtad está con los que manejan el sistema, no con los vecinos que lo votaron, ni con los buenos empleados.
Y eso no es solo inmoral. Es una renuncia encubierta.
¿Quién gobierna Guaymallén?
La pregunta que circula en la calle es simple: ¿quién gobierna realmente Guaymallén?
Porque Calvente está, pero no manda. Ocupa el cargo, pero no toma decisiones. Es el intendente, pero actúa como un rehén.
¿Quién redacta las licitaciones? ¿Quién define los viajes? ¿Quién decide a quién se premia y a quién se castiga? No parece ser él.
Guaymallén necesita conducción. Necesita alguien que se haga cargo. Que diga basta.
Que tenga el coraje de cortar los lazos con las prácticas corruptas. Pero Marcos Calvente no es esa persona. Al menos, no en este momento.
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Tanto el sr intendente como muchos funcionarios de ese desastre de municipio están desaparecidos totalmente. Es un descontrol. Un ir y venir de empleados que van cambiando de sectores como si estuvieran de pasantÃas. Empleados que militan para el intendente son los primeros en ser perseguidos por una manga de sanganos inservibles que no figuran ni cerca. El intendente no defiende a nadie que realmente necesite de su ayuda. Es un caos por todas las direcciones. Es un abandono total al empleado que hace que en parte el trabajo marche en cada una de sus tareas y los dejan a la deriva.
Marcos no escucha a nadie. Pone a gente inoperante y con falta de criterio a decidir por él. Quizás, ni siquiera sabiendo lo que realmente sucede.
Que pena el desastre que hay en mi querido Guaymallen. En el espacio donde por 23 años que llevo jamás he visto tanto mala y triste gestión.
Que todo caiga por su propio peso señores.
Saludos.
Calvente tiene el beneplácito del gobernador, acaso hay otra explicación?
Totalmente de acuerdo un desastre la.conduccion, el inoperante no puede terminar la.obra del carril goodoy cruz, delegaciones llenas de ñoquis que no saben nada, no solucionan nada. Y sumando una dirección de delegaciones llena de militantes con altos sueldos, sin hacer nada. La cultura no existe, todo pantalla. Desarrollo social solo entrega mercaderÃa, educación bien gracias. Deporte solo marketing administrada por inoperantes, que solo saben robar. Comercio persiguen a los pobres que intentan emprender que se arman solos, porque no hay quien contenga a los emprendedores, o ayude,. Pozos pozos allá mal terminadas. Ni hablar de seguridad, árboles, luminarias.
A Calvente no lo eligió Iglesias. A Iglesias lo apretaron entre varios para que no le quedara otra. Sino porqué no dejaron que fueran a las paso Calvente y Pérezjamo? Quien intervino ahÃ? GarcÃa Zalazar. Mandado por qué otro?
No hace falta mucho para darse cuenta que este aspirante polÃtico llegó porque otros quisieron que asà fuese. Otros que ahora deben querer cortarse una mano.
La otra pregunta es…si calvente no da la altura, (lo cual se sabe desde siempre), que le vieron para elegirlo? A quien le estaba haciendo el negociado en ese momento?