Guaymallén: Entre campañas prematuras, corrupción y el arte de reciclar mañas. Por Néstor Bethencourt.
Así venden….
Mientras los vecinos intentan sobrevivir al día a día, el municipio de Guaymallén parece más preocupado por mantener sus viejas mañas que por gobernar.
Entre audios reveladores, manejos clientelares y funcionarios más enfocados en sus beneficios personales que en sus responsabilidades, heredados de la gestión anterior, la gestión local parece competir con las peores prácticas de otros rincones del país.
Aquí, un repaso por las historias más escandalosas de la semana.
El regreso de Marcelino Iglesias: Campaña 2027 en marcha
Marcelino Iglesias, quien actualmente ocupa una banca en el Senado, ya está pensando en volver a la intendencia en 2027.
Sí, leíste bien: mientras muchos senadores aprovechan su cargo para legislar, Iglesias parece estar más interesado en preparar su retorno triunfal al municipio.
Según trascendió, el exintendente reunió a su círculo íntimo incluyendo directores actuales de la comuna, en su domicilio para anunciarles el inicio de su campaña. ¿El motivo? Probablemente su escasa participación en el Senado, donde, según dicen, su producción legislativa es casi nula.
Tal vez extraña el control que tenía en Guaymallén o, peor aún, necesita los fueros que trae consigo un cargo ejecutivo para “evitar riesgos”.
A esto se suma el débil desempeño del actual intendente, Marcos Calvente, quien no logra despegar tras un año de gestión. Calvente está cercado por funcionarios heredados que le siguen respondiendo a Iglesias y que le siguen jugando “a dos puntas”.
Muchos de los funcionarios heredados de Iglesias siguen haciendo de las suyas, algunos recibieron despidos y otros renuncian, pero aun no es suficiente.
Corrupción en Desarrollo Social: Bolsones para quien paga más
Guaymallén no es La Matanza, pero su clientelismo parece calcar las peores prácticas de aquel distrito. Ecos Mendocinos obtuvo un audio exclusivo que expone cómo, desde la Dirección de Desarrollo Social, se manipula la entrega de bolsones de alimentos. Hubo nota anterior al respecto acá.
Silvia Donati, al mando del área, se enfrenta a graves acusaciones: en el audio, un individuo identificado como Claudia Nievas. detalla cómo se solicita dinero a cambio de los bolsones, entregándolos a quien pueda pagar en lugar de a quienes realmente los necesitan.
Nievas no trabaja sola, es parte de Libres del Sur.
Eso sí, dan recibo.
El descaro es tal que no parece importar la necesidad de los beneficiarios, sino el “vuelto” que pueden aportar. En esta triste escena, queda claro que las prácticas clientelares no son exclusivas de un partido político ni de una región.
No solo eso, práctica común de burdo clientelismo, se agrega otra situación reflejada en una foto, donde el esposo, (trabaja en el Casino de Mendoza) de Cinthia, una empleada de Desarrollo Social, pasa por el depósito del sector y se lleva colchones.
FOTO: Aquí Cintia, acompañada por Silvia Donati a la izquierda y Marcos Calvente al centro.
Dicen es tan incesante como descontrolado el retiro de artículos de ayuda social para unos cuantos vivos que no la necesitan.
Control de Gestión: ¿Corrupción o servicio doméstico?
En la Dirección de Control de Gestión, la creatividad para esquivar el trabajo y abusar de recursos públicos parece no tener límites. Diversas fuentes denunciaron que una empleada, conocida como Sandra, recibe pagos por horas extras que, en realidad, dedica a tareas de limpieza en los hogares de dos superiores: Lorena Cañete y Mónica Martínez. Todo avalado por Pablo Raddi.
Este caso recuerda inevitablemente a las prácticas de Luis Lobos, el exintendente ahora preso, cuyos métodos parecen haberse reciclado en la gestión actual.
Pero el desastre no termina ahí. Guadalupe Ojeda, otra figura destacada del área, maneja las asignaciones de beneficios laborales como si fueran su patrimonio personal.
Ausencias cubiertas, extras inventadas y beneficios exclusivos para “los elegidos” son parte del menú diario. Y, por supuesto, las autoridades miran para otro lado.
Espacios Verdes: Todo menos verdes
Bajo la dirección de Federico Perinetti, la situación en Espacios Verdes parece haber alcanzado un punto crítico. Gianella Rizzo, otra de las “herencias” de gestiones anteriores, se destaca por su autoritarismo y sus excesos.
Rizzo, quien ahora disfruta de la movilidad oficial P-126, que perteneciera al despedido Sergio Amarfil, utiliza los vehículos del municipio para sus intereses personales sin ningún pudor.
Pero eso no es todo: como si el descaro no tuviera límites, Rizzo y una colega se autoproclamaron “Empleadas del Año” en un evento oficial.
Sí, ellas mismas decidieron que merecían el premio, dejando en claro que aquí no hay lugar para la vergüenza.
Guaymallén, tierra de reciclaje político
Los hechos recientes confirman que en Guaymallén el reciclaje no se limita a los residuos.
Viejas mañas, prácticas corruptas y abusos de poder siguen vivos en una gestión que parece más interesada en proteger a sus figuras que en gobernar.
Mientras Marcelino Iglesias planea su regreso, la actual administración apenas logra contener las explosiones internas.
Si algo queda claro, es que el municipio necesita más que cambios de nombres: requiere una limpieza profunda, donde la transparencia y la eficiencia no sean simples promesas de campaña.
¿El 2027, aún muy lejos, traerá un nuevo comienzo o solo será un capítulo más de la misma historia?
Solo el tiempo lo dirá, pero por ahora, los vecinos tienen más preguntas que respuestas.
CONTINUARÁ…
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