No es un homenaje. Es una ironía. Guaymallén vive un descalabro que supera la nostalgia. Marcelino Iglesias dejó una maquinaria que hoy Marcos Calvente conduce sin frenos. Las irregularidades se apilan. Contratos mal diseñados, compras que no cierran, controles que no controlan. La gestión pide una alarma general. ¿Volvé, Marcelino? Mejor no. Marcelino impuso a Calvente. Y acá estamos. Llamemos a Lobos!!!

Un recuerdo que arde
Guaymallén. La memoria suele ser tramposa. Cuando el presente duele, el pasado parece menos malo. No lo fue. Con Iglesias, el municipio ya exhibía vicios: apuros administrativos, licitaciones a medida, marketing primero, papeles después. Calvente no corrigió esa matriz. La profundizó. Y la convirtió en rutina. Hoy la excepción es la prolijidad.
La luminaria que alumbra y nada más
El caso luminarias es un símbolo. Reciclado carísimo. Potencias que no coinciden. Calidad inferior a la que el propio municipio colocaba cuando pedía LED de 150W. Fotos y actas muestran entregas pobres. La “modernización” sale más que lo nuevo. Y la calle lo delata: luz corta, sombras largas. La lunita tucumana en versión municipal: alumbra… y nada más.
Control que no controla
Diez años después, Pablo Raddi continúa en Control de Gestión. Diez. Un director que debería auditar y prevenir. Pero la planilla no perdona. Servicio de GPS para 375 móviles incluye vehículos en baja y máquinas en reparación. Se paga por lo que no circula. Y, de yapa, choques sin recupero o sumarios que no aparecen. Control que mira para otro lado. Y un municipio que pierde dinero a cada giro de rueda.
La comunicación que abanica
1.000 abanicos con logo para “presencia de marca”. Melisa Villarroel firma el pedido. $1,8 millones para repartir aire. Locomía en el Palacio Municipal. El detalle importa: no hay plan serio de comunicación que lo justifique. Hay logo, hay gasto. Y un control político que aplaude el soplido. ¿Prioridades? Ausentes.
Viandas, protectores y la línea del “pague y pase”
Las viandas y sus pliegos flexibles regalaron escenas de colección. Pedidos que cambian, costos que suben, adjudicaciones dudosas. Ahora, protector solar: 200 tubos FPS 80 por $6,56 millones. $32.800 cada 90 gramos. Sin muestras, sin marca, sin ensayo ISO. Clase magistral de cómo pagar top para recibir quién sabe qué. En un área sensible: Higiene y Seguridad. El sol pega fuerte. El expediente, más.
Reginato, el comodato y la factura de repuestos
Silvia Cristina Reginato cobró $1,05 millón de ANR para “mejoras” de un local de indumentaria. Habilitación provisoria. Actas de cerrado y cartel de traslado a Ciudad. Decreto y orden de pago caminan igual. El local es prestado por María Laura Lembo. La secretaria privada del Intendente se apellida igual. Coincidencia que exige transparencia. La rendición agrega una factura de LAU Repuestos y Servicios S.A.S. (fantasía “Reginato Repuestos”). Pinturas, tiras LED, reflectores. Rubro: repuestos del automotor. Objeto del subsidio: indumentaria. La coherencia no vino con remito.
El viaje, el censo y otros hits
Romina Zampieri viajó a Colombia a un evento del BID. Sin autorización formal a la vista. Silencio oficial. Y sigue en funciones.
El Censo de Comercios fue otra obra maestra. Cronogramas cambiantes, exigencias mal comunicadas, “mejora con error” en el pliego. Anunciaron 15–20 equipos, aparecieron 4 reales. Sanciones tardías. Pérdida de garantía como única pedagogía. Administrar no es postear. Hay que planificar, ejecutar y rendir.
El hilo conductor
No son casos sueltos. Es un patrón. Pliegos imprecisos. Proveedores convenientes. Imputaciones en medio de habilitaciones provisorias. Rendiciones que no cierran. Errores groseros en correos, fechas, datos. Silencios cuando se piden papeles. Marketing por encima de la legalidad. Y una oposición que bosteza. El vecino, mientras tanto, paga.
Volvé, Marcelino… ¿de verdad?
Por eso el título. Porque la tentación existe: comparar y extrañar. No caigamos. Marcelino Iglesias es padre político de este presente. Eligió a Marcos Calvente y entregó la lapicera. Cambió la cara. No cambió la lógica. Si ayer se naturalizó el atajo, hoy se vive del atajo. El resultado es más opaco. Más caro. Más impune.
Lo que una gestión seria haría mañana
No hace falta inventar la pólvora. Auditorías internas con fechas y responsables. Publicación completa de pliegos, órdenes de pago, remitos y rendiciones. Comparativas de mercado obligatorias. Muestras y ensayos en todo insumo crítico. GPS sólo para unidades operativas. Reintegros cuando no se cumple. Sumarios cuando se omite. Excusaciones cuando hay apellidos que se cruzan. Y menos lobby de logo. Más servicios que funcionen.
Conclusión, a propósito del título
Este diario no extraña a nadie. Exige lo que corresponde. Papeles, controles, reintegros y responsables. Volvé, Marcelino, ¿te perdonamos? Mejor no. Marcelino impuso a Marcos Calvente. Y este desastre tiene padrino. Llamemos a Lobos!!!
(Sí, es ironía. Porque cuando una comuna llega a este nivel de absurdo, sólo el sarcasmo logra que el vecino mire.)
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Y han averiguado donde ha estado el Director de Control y Gestión desde el.fin de semana XXL hasta la.fecha de vacaciones ?