Guaymallén, ya fin de año y los deseos de siempre (¡pero con más ganas!)

De Ecos Mendocinos.

Guaymallén: Ya está, gente, llegamos. Contra viento, marea y la camioneta municipal de los Martínez, cerramos otro año en este queridísimo Guaymallén.

¿Cómo describirlo? Fue un viaje de emociones, entre choques municipales, alimentos vencidos y funcionarios que controlan menos que los semáforos en hora pico.

Pero bueno, si algo tenemos es humor y esperanza, así que vamos con el resumen, los deseos y, por qué no, algún tirón de orejas bien merecido.

Un año de anécdotas inolvidables (y algunas para olvidar rápido)

Este 2024 no fue para los débiles de corazón.

Empezamos el año con los clásicos: movilidades municipales que funcionan más como Uber familiar que como herramientas de trabajo, rumores de cambios en el gabinete que nunca llegaron, y una gestión que entre idas y vueltas nos dio material de sobra para indignarnos… o reírnos.

Por ejemplo, ¿quién podría olvidar cuando Pablo Raddi, nuestro director de “control” (guiño, guiño), descubrió que las movilidades municipales no son para paseos navideños? ¡Un genio adelantado a su tiempo!

Y qué decir de los alimentos vencidos en Desarrollo Social, un hallazgo que, aunque tarde, nos dejó claro que hasta el pan de cada día necesita un buen control de calidad.

Pero ojo, no todo fue tragedia y comedia.

Hubo momentos de esperanza, como cuando escuchamos promesas de cambios reales en el municipio.

Claro, siguen siendo promesas, pero, ¿quién dice que 2025 no será el año en que las palabras se conviertan en acción?

Un brindis por lo bueno y una carcajada por lo malo

Si hay algo que nos caracteriza como vecinos es la capacidad de reírnos de nuestras desgracias. ¿Alguien más habría sobrevivido con tanto humor a los baches eternos, las obras inconclusas y las idas y venidas del transporte público? Lo dudo.

Así que hoy, en lugar de quejarnos (mucho), levantemos la copa por esas pequeñas victorias:

  • Por el vecino que logró que pintaran el cordón de su calle (aunque lo hizo él mismo porque se cansó de esperar).
  • Por el funcionario que cumplió con su trabajo al menos una vez este año. ¡Hay que empezar por algo!
  • Por todos nosotros, que seguimos aquí, peleándola y soñando con un Guaymallén mejor, aunque sea entre risas y memes.

Deseos para un 2025 con menos humo y más acción

Ahora, vamos a lo importante: los deseos para el año que viene. Y no, no nos referimos a cosas imposibles como un municipio perfecto, pero sí a metas realistas que nos permitan vivir un poquito mejor:

  1. Austeridad real: Que las Amarok vuelvan a ser para trabajar, no para pasear. Y si no, al menos que nos inviten al asado.
  2. Gestión transparente: Que se termine la novela de los “descubrimientos tardíos” y empecemos a ver funcionarios que controlen en tiempo real.
  3. Menos excusas, más resultados: Obras terminadas, calles sin baches y trámites que no tarden una eternidad. ¿Es mucho pedir?
  4. Más unión entre vecinos: Porque al final del día, somos los que ponemos el pecho (y los impuestos) para que esta ciudad siga adelante.

Un mensaje para cerrar (y brindar)

Queridos vecinos de Guaymallén, a pesar de todo lo que vivimos este año, terminamos de pie. Con un poco de ironía, bastante sarcasmo y mucha resiliencia, seguimos soñando con un lugar mejor.

No sabemos si las cosas van a cambiar pronto, pero sí sabemos que no vamos a perder el humor ni las ganas de seguir luchando.

Así que, desde este humilde rincón, les deseamos un 2025 lleno de trabajo honesto, gestiones eficientes y, sobre todo, muchas risas.

Que nunca falte el brindis, la comida (en buen estado, por favor) y las ganas de seguir adelante.

¡Feliz Año Nuevo! Y recuerden: si algo anda mal, siempre habrá alguien que lo diga… con mucho humor, claro está. 🍷🎉

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