
Ecos Mendocinos
Hace casi un año, nacía Ecos Mendocinos. Nacía en medio de las dificultades, empujados por la necesidad y el compromiso. Nacía como respuesta a lo que no íbamos a aceptar: el silencio impuesto, la autocensura servil, la renuncia a la verdad.
Hoy, a casi un año de ese primer latido, queremos tomarnos un momento para decir gracias. Gracias a cada uno de ustedes que está del otro lado, leyendo, compartiendo, apoyando, creyendo. Porque sin ustedes, este proyecto no sería posible.
Gracias a quienes confían en la seriedad del tratamiento de la información. Nuestras fuentes son el bien más cuidado y nos importa más que la primicia en sí.
Gracias a quienes nos leen cada día, en sus casas, en sus trabajos, en un rato robado a la rutina. A quienes hacen el esfuerzo de entender, de informarse, de pensar críticamente. A quienes no se resignan a recibir solo lo que los poderosos quieren que se sepa.
Gracias a quienes colaboran económicamente, de la manera que pueden. Cada aporte, grande o pequeño, nos permite seguir adelante. Cada peso recibido no solo financia periodismo: financia independencia, financia libertad, financia dignidad.
Gracias a quienes comparten nuestras notas, ayudando a que la verdad circule, incluso donde intentan esconderla. A quienes toman el tiempo de reenviar un enlace, de comentar, de sostener una conversación difícil. Cada acción importa. Cada gesto construye.
Gracias a quienes imprimen o distribuyen nuestras notas en formato PDF, sabiendo que no todos tienen acceso a internet. Especialmente dentro de ciertos ámbitos municipales donde la información molesta más que el silencio. Cada archivo u hoja impresa es un acto de resistencia.
Gracias a quienes creen que otro periodismo es posible. Un periodismo que no se arrodille; Un periodismo que no calcule su dignidad en función del poder o el dinero; Un periodismo que no se rinda.
Porque Ecos Mendocinos nació para eso: para no rendirse.
Y cada día que pasa, renovamos ese compromiso.
No nos callaron. No nos van a callar.
Sabíamos desde el primer día que no sería fácil.
Que al no responder a los intereses de siempre, seríamos ignorados, atacados, ninguneados.
Pero también sabíamos que había un lugar para lo que hacemos: un periodismo que incomoda, que molesta, que no baja la cabeza.
Ese lugar son ustedes.
Son ustedes los que demuestran que todavía vale la pena luchar.
Son ustedes los que alimentan cada palabra escrita, cada investigación publicada, cada denuncia sostenida.
Nos quisieron en silencio. Respondimos con Ecos.
Orgullosamente respetados, incluso donde incomodamos
Y algo que nos llena de orgullo: aún abordando los temas más complejos y sensibles, hemos sido y somos respetados incluso desde la política.
No porque cedamos. No porque negociemos.
Sino porque, aun molestando, sabemos decir las cosas con rigor, con responsabilidad y con la fuerza de la verdad.
Ese respeto ganado con trabajo y coherencia es una de nuestras mayores conquistas.
Queremos también aclararlo con firmeza:
El único intento de censura que sufrimos fue antes de fundar Ecos Mendocinos, cuando trabajábamos en otro medio.
Desde entonces, y gracias a este proyecto colectivo, jamás volvimos a tolerar ni toleraremos presiones de ningún tipo.
Porque la libertad no se negocia.
Seguimos porque creemos.
Creemos en la importancia de contar lo que pasa, aunque duela
Creemos en la necesidad de exponer lo que otros quisieran ocultar
Creemos en que el periodismo no es un favor que se concede, sino un derecho que se ejerce.
Seguimos porque creemos que ustedes merecen algo mejor que propaganda.
Merecen información real. Información incómoda. Información libre.
Y seguiremos, mientras haya una sola voz dispuesta a escuchar.
Lo que logramos juntos
En este primer año, hemos logrado más de lo que muchos creyeron posible:
- Cientos de notas revelando irregularidades donde otros callaban.
- Investigaciones que pusieron nerviosos a funcionarios acostumbrados a la impunidad.
- Cobertura independiente de temas que otros medios prefirieron ignorar.
- Un crecimiento constante de lectores, a pesar del boicot de ciertos sectores.
Todo eso no es mérito solo nuestro. Es de todos los que, de una u otra forma, están acá, sosteniendo este proyecto con nosotros.
Ecos Mendocinos no es un diario. Es una comunidad.
Y el futuro nos encuentra de pie
Sabemos que el camino que elegimos no es fácil.
Sabemos que incomodamos. Que molestamos. Que enfrentamos intereses pesados.
Pero también sabemos que es el único camino que vale la pena.
Por eso, en este primer año, reafirmamos nuestra promesa:
No vamos a callarnos; No vamos a rendirnos; No vamos a vender nuestra voz.
Y también hacemos un llamado:
Si creés que el periodismo independiente importa, apoyanos.
Compartí nuestras notas. Difundí nuestras investigaciones.
Colaborá, si podés. Hacelo como quieras, como puedas. Cada gesto suma.
Porque solos llegamos más rápido, pero juntos llegamos más lejos.
Gracias por este primer año,
Gracias por demostrar que todavía hay lugar para la dignidad
Gracias por acompañarnos en esta batalla silenciosa, pero fundamental.
Seguimos. Más firmes que nunca; Más necesarios que nunca; Más libres que nunca.
— Ecos Mendocinos
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