Los zorros en el gallinero de Raddi. Por Néstor Bethencourt.
Guaymalléngate 2, esa tierra de oportunidades… para los amigos.
Ecos Mendocinos nos trae los secretos de una comuna en la que la política se parece más a un club privado, y las denuncias son como “secretos a voces”. Aquí, cada apellido es una historia, cada oficina un pequeño feudo, y cada funcionario parece tener su corte con “chimichurri”.
El club de amigos: Nepotismo en accesos directos
La política en Guaymalléngate 2 es, en cierto modo, familiar. Si tienes un apellido “de la casa” como Grangetto, Fernández, Cañete, Zingaretti, Donati, entre otros, parece que siempre hay una silla esperándote en alguna oficina municipal.
Las dinastías familiares controlan las áreas estratégicas como si fuera una herencia. ¿Qué pasa con los honestos? Ellos sí, disfrutan de un tour gratis en la montaña rusa del abuso de poder y acoso laboral, ¡todo un viaje por cortesía de sus superiores!
La oposición: Grandes ideas, cero ejecución. (una excepción)
Mientras el oficialismo afina sus tácticas, la oposición parece estar más interesada en lanzar “proyectos de ciencia ficción”.
Los concejales sueñan con reformas imposibles y hasta posibles, pero nunca tocan lo urgente: las denuncias que reposan en los escritorios.
Solo José Pozzoli rompió la monotonía, con una denuncia sobre el escándalo de la comuna con Irrigación.
El resto está en modo ahorro de energía, listo para la “largada” de las próximas elecciones.
Carrizo y la grúa mágica en Guaymalléngate 2.
Hablar de Jorge Carrizo es mencionar una de las “joyas” locales: el contrato de las grúas, una operación que tiene más irregularidades que un día sin café en la comuna. Ecos Mendocinos reveló los detalles, y aunque el contrato tuvo que pausarse, Carrizo y sus grúas todavía no han recibido intervención de la justicia.
Raddi, el controlador en pausa y sus socios estelares
Pablo Raddi, director de Control de Gestión, parece más un espectador que un regulador. Rodeado de personajes de trayectoria cuestionable como Javier González –responsable de controlar los GPS municipales, y que “no se desconecten” (spoiler: se desconectan).
A él se suma Lorena Cañete, la subdirectora famosa por sus “habilidades” en licitaciones y viajes internacionales de lujo, donde Miami es su favorita, y su Audi, un extra en esta saga.
No dejar de lado Mónica Martínez y Estela Baldovino, la primera siempre con movilidad oficial las 24 Hs. a cargo de su hermano para satisfacer caprichos personales más que tareas municipales, con la nuestra. La segunda con horarios tan flexibles que casi no se la ve. Favores políticos o amiguismo extremo del pelele de Raddi, un valiente con algunos súbditos a quienes presiona y maltrata con consecuencias en la salud de quienes o soportan…
Capitulo especial para Javier González: El “Zorro” de los controles en Guaymalléngate, otra mano derecha de Pablo Raddi.
Guaymallén no deja de sorprender: González quien alguna vez fue protagonista en la pésima gestión del ex intendente Luis Lobos, hoy ocupa un puesto de control en la gestión municipal junto a Raddi.
Javier González, ex director de Espacios Verdes en la era Lobos, hoy tiene a su cargo el control de GPS en vehículos municipales, un papel que podría interpretarse como un castigo divino o una broma burocrática.
Hace no mucho, González se llevó un duro golpe. La Corte Suprema de Justicia de Mendoza ratificó la multa de $45.846 que el Tribunal de Cuentas impuso por “perder” millones de pesos destinados al alquiler de maquinarias.
Entre 2008 y 2015, se “extraviaron” documentos que justificaban pagos millonarios en contratos de maquinaria y horas de camión. Irónicamente, hoy su función es que los vehículos municipales no “desaparezcan” sin control. Claro, con antecedentes como estos, ¿quién podría estar mejor cualificado?
De acusado a controlador: Una historia con “chispa”
¿El detalle curioso? González no está solo en el olimpo de las irregularidades. En aquella “pandilla” figuraban personajes como el ex intendente Lobos y otros altos funcionarios. Con prácticas que bien podrían inspirar una serie de Netflix, todos ellos manejaban documentos y contratos a como de lugar. “¿Falta algo? Que desaparezca”.
Ahora, a González le toca controlar el uso de las movilidades por GPS y que los GPS no se “desenchufen” misteriosamente. De más falta decir que nada es controlado.
La cuenta es clara: la falta de evidencia de servicios pagados por $45,4 millones en aquellos años (al 2015) no fue un descuido menor.
Los auditores detallan cómo se “extraviaron” pruebas de la prestación de servicios por camiones y maquinarias.
Hoy, González sigue a cargo de verificar que los bienes públicos estén “donde deben estar”, en una serie de paradojas que hacen que “zorro cuidando gallinas” suene a inocente metáfora. Obvio es decir que su tarea no la cumple. Y a Raddi le encanta.
Entre lo cómico y lo irónico: ¿Alguna fiscalía por ahí?
Guaymalléngate sigue esperando que este laberinto de absurdos tenga un desenlace.
Entre las faltas de documentación y los controles puestos en manos de aquellos con cuentas pendientes, uno no puede evitar preguntarse si la justicia y el control, en este caso, son solo una formalidad.
¿Fiscalía, dónde estás?
Tribunal de Cuentas, Fiscalía de Estado y Ética Pública observan desde lejos.
Los empleados honestos, ya desanimados, ven en el periodismo su única salvación.
Pero si Salvador Chiarello y unos pocos más, con recursos judiciales lograron alzar la voz, quizás haya más valientes que se animen a denunciar.
Algo tiene que cambiar urgente, y hay señales…
Es muy importante para nosotros su colaboración, entrando al siguiente enlace podrá hacerlo a: https://cafecito.app/nestorecosmendocinos . Desde ya, muchas gracias!
Pueden contactarse al WhatsApp: 261 2327760, o al mail: denuncias@ecosmendocinos.com.ar
Yo denuncie varias veces corrupción y nunca hicieron nada, me comí 2 sumarios qué al ser inconsistente la denuncia lo único que me cambiaran de oficina, concejales comprado por puesto de sus hijos, familias enteras que hacen negocios para si, actitudes como ceerse dueño de la vía publica y la secretaria del intendente que paga a un trapito para que guarden el espacio y yo hombre común debo aguantar insultos y amenazas de este trapito todos los días, hecho la decía a la fiscalia esperando que me llamen! Tengo un currilicum ejemplar hasta la llegada de este hmdp de iglesias, lobo, hasta ahora calvente a mi no ha hecho nada en mi contra por ahora! La corrupción es reina en gllen en un municipio de sordos y ciegos!