El caso Burgoa fractura al oficialismo y aumenta crisis política

Con una votación por simple mayoría en el HCD, todo quedará en la nada hoy por la mañana. Por Néstor Bethencourt

El caso Burgoa.

La política de Guaymallén atraviesa un nuevo capítulo de escándalo institucional. El pedido de remoción del concejal Miqueas Burgoa, impulsado por los ediles opositores José Pozzoli y Pedro Bastías, fue desestimado por improcedente durante el tratamiento en comisiones.

Así, Burgoa lograría evadir una posible comisión investigadora, pese a los fuertes cuestionamientos sociales y políticos que pesan sobre su figura. Por la mañana de hoy y por mayoría simple el tema puede quedar archivado definitivamente.

Detención de Miqueas Burgoa: el detonante de la crisis

El origen de este conflicto político tiene un punto de quiebre claro: la detención de Burgoa en General Alvear.

El concejal de Cambia Mendoza fue sorprendido en un control de alcoholemia con 1,25 gramos de alcohol en sangre, una cifra que supera ampliamente los límites permitidos por la legislación vigente. El hecho ocurrió en la localidad de Bowen.

En el vehículo también se encontraba Emiliano Gobbi, asesor del senador provincial y exintendente de Guaymallén, Marcelino Iglesias y dos acompañantes mas, todos cercanos a Iglesias.

La gravedad de la situación no terminó allí. Según testigos, el grupo, o parte de el se habría resistido al secuestro del vehículo y todos los implicados intentaron evitar la detención alegando condición de funcionarios.

Finalmente, fueron trasladados a la comisaría 46 de Bowen, donde permanecieron demorados hasta el mediodía siguiente.

Este episodio, sumado a la falta de documentación habilitante y a la conducta inapropiada con las autoridades policiales, desató una ola de repudio. Desde el Concejo Deliberante, los concejales Pozzoli y Bastías presentaron un pedido formal de creación de una comisión investigadora para evaluar la conducta de Burgoa y determinar si correspondía avanzar hacia su remoción.

Asimismo los antecedentes de Burgoa no se remitirían a ese hecho, dicen, si bien hasta ahora pudo o puede gozar de cierta impunidad, distintas situaciones, algunas muy complejas podrían ver la luz, coinciden fuentes fidedignas. Todo llega, aseguran.

Marcelino Iglesias, el gran operador detrás del telón

Detrás de la maniobra que terminó salvando políticamente a Burgoa, emerge con fuerza el nombre de Marcelino Iglesias. Pese a haber impulsado la candidatura del actual intendente Marcos Calvente, Iglesias no ha dejado de erosionar su figura políticamente. Desde su banca en el Senado provincial, se mantiene activo en las decisiones internas del Concejo y del radicalismo departamental.

La influencia de Iglesias se canaliza principalmente a través de Verónica Cancela, actual presidenta del HCD, y quien supo ser su nuera. Pese a no tener peso político propio, su cercanía con el exintendente le otorga un lugar clave en la estructura de poder del oficialismo. “Pertenecer tiene sus privilegios”, dicen en los pasillos municipales.

La Infantería de Iglesias resguarda a Burgoa

Otro voto que Burgoa lograría retener fue el del concejal Matías Fernández. Ex secretario privado de Iglesias, Fernández también fue protagonista de múltiples nombramientos familiares en puestos jerárquicos municipales ya cuestionados en Ecos Mendocinos. Su entorno experimentó un notable ascenso en sus niveles de vida, con varios emprendimientos comerciales a la vista.

Un ignoto edil, Ezequiel Genovese, agradecido por ocupar un lugar impensado responderá también a Iglesias.

El bloque oficialista, en apariencia cohesionado, evidencia una fractura cada vez más expuesta. También los concejales Morales y Sedano, conocidos como los “Pradines Boys”, optarían por la cautela con muy poco disimulo, evitando posicionamientos firmes en el conflicto.

Esta tibieza alimenta aún más la idea de un oficialismo dividido y funcional a los intereses de Iglesias.

Un desgaste que trasciende las paredes del Concejo

En el ámbito municipal, el malestar por la continuidad de Burgoa es palpable. Trabajadores, funcionarios medios y ciudadanos expresan su rechazo ante lo que consideran una impunidad intolerable. “Se robó el protagonismo del mes, pero no precisamente por su labor legislativa”, señalan con ironía desde sectores del oficialismo desencantado.

En redes sociales y medios locales, la figura del concejal ha quedado manchada por el escándalo y por la percepción de que su conducta está siendo encubierta por una red de lealtades políticas.

La falta de sanción formal no ha calmado las aguas, y la crisis de representatividad continúa profundizándose.

El gobernador Cornejo, también en la mirada pública

Más allá de lo estrictamente municipal, el caso Burgoa tiene implicancias a nivel provincial. Tanto el intendente Marcos Calvente, y el Gobernador Alfredo Cornejo dejaron públicamente en claro y en diversas oportunidades que Burgoa debería dimitir, cosa que no sucederá por el momento.

La negación de Burgoa a dar respuesta a esas sugerencias generó un enfrentamiento político entre Burgoa (respaldado por Iglesias), el intendente Calvente y el gobernador Alfredo Cornejo, generando tensiones dentro del espacio Cambia Mendoza.

La batalla interna se libra en los pasillos del Concejo, pero su trasfondo es una disputa por el control territorial y político del departamento. En este juego de poder, Iglesias mueve sus piezas con precisión, rodeado de asesores propios y ajenos, como Nicolás González Perejamo —asesor de la diputada Evelyn Pérez—, y continúa influyendo desde las sombras.

¿El principio del fin del oficialismo guaymallino?

La desestimación de la comisión investigadora puede verse como una victoria pírrica. El oficialismo ha quedado visiblemente quebrado, y su credibilidad seriamente dañada.

La ciudadanía observa con escepticismo cómo las estructuras partidarias se alinean más por conveniencia que por principios.

La sensación de impunidad, los vínculos de poder no transparentes y el uso del aparato estatal para beneficios personales están erosionando la legitimidad del gobierno municipal.

Y lo que hoy parece una jugada para proteger a uno, puede convertirse en el catalizador de un colapso mayor.

En Guaymallén, la política local se debate entre el pasado que no se va y un presente sin dirección. Mientras tanto, la ciudadanía sigue esperando respuestas, justicia y —sobre todo— un poco de dignidad política.


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One thought on “El caso Burgoa fractura al oficialismo y aumenta crisis política

  1. El espacio político se quebró en el momento en que nombraron a calvente como candidato. Iglesias no lo quería a el, lo presionaron desde su propio espacio, así que no esperen su obediencia hoy. Quienes planificaron tremendo desastre, imaginaron un futuro próspero que obviamente el actual intendente lanzó por la ventana. Esto no es de hoy. Esto es el resultado de una mala elección hace dos años. El mal tino, fue de quienes apostaron por la incompetencia de quién hoy no tiene autoridad, ni puertas adentro.

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