Tras lo publicado por mí autoría en otro medio, y generar un pedido de informes de los concejales Sonia Sedano (PD) y Morales (PRO), se ha notado, confirmado a través de fuentes de confianza, que el abuso desmedido de las unidades, utilizada en beneficio propio tanto por funcionarios como ciertos empleados jerárquicos de la comuna se ha reducido.
Obvio que no es para festejar, si para que rindan cuenta por las malas prácticas que, si bien amenguaron, aún siguen.
Todo comenzó hace semanas cuando el director de parque automotor fuera visto en reiteradas oportunidades con un móvil a disposición las 24 Hs. tal se lo podía ver estacionado sobre la avenida Emilio Civit al 400, Ciudad, plena Quinta sección.
Luego de dar a conocer el hecho, fueron incesantes los testimonios que daban fé y pruebas que no era el único caso, sino que era una constante.
Incluso se pudo comprobar que la directora de comunicación y asuntos institucionales Melisa Villarroel se moviliza en una camioneta Renault Alaskan, unidad que fuera destinada al exintendente Marcelino Iglesias en el transcurso final de su mandato.
Villarroel no solo se movilizaba con libertad total, llevando incluso a su hijo al Colegio Italiano, donde fuera fotografiada tal circunstancia.
Ese derroche de gasto en vehículos oficiales, cuando la situación económica no ayuda, provocó el rechazo de los trabajadores del municipio y del publico todo, al cual para “soportar” los caprichos de gestión verán aumentadas las tasas municipales próximamente.