Un milagro en Guaymallén: Un fin de semana sin corrupción

Cuando no hay nadie, todo funciona mejor. Humor, por Redacción

Un milagro

Este fin de semana extra largo, la Municipalidad de Guaymallén vivió un acontecimiento histórico: no hubo corruptelas, ni sobreprecios, ni desapariciones misteriosas de recursos públicos.

Y todo gracias a una medida revolucionaria: cerrar las puertas y mandar a todos a casa. Parece que, al final del día, la mejor manera de administrar el municipio de manera eficiente es evitar que alguien lo administre.

Con los empleados municipales disfrutando del descanso y los funcionarios ocupados en sus merecidas mini vacaciones, el municipio experimentó un nivel de transparencia inédito.

No hubo compras sospechosas, ni camionetas oficiales en paradores de ruta, ni licitaciones exprés aprobadas con menos supervisión que la dirección de control de gestión, Pablo Raddi incluído, obvio.

¡Los vecinos lo aprecian!

“La verdad, se sintió un alivio”, comentó Don Roque, vecino de Guaymallén desde hace 40 años. “No hubo nadie para cobrarme una multa inventada ni para hacerme esperar tres horas en una oficina para un trámite que igual no me iban a resolver”.

Hasta los empleados municipales, en un rapto de sinceridad, admitieron que el municipio estuvo mejor sin ellos. “No nos dimos cuenta de cuánto ruido metíamos hasta que nos fuimos”, señaló un trabajador del área de Rentas mientras disfrutaba de su descanso.

Cero gastos dudosos, cero problemas

Por primera vez en años, las cuentas municipales quedaron casi inalteradas. Ninguna factura inflada por “mantenimiento de espacios verdes” apareció de la nada, ningún mobiliario desapareció misteriosamente, y no hubo funcionarios gastando combustible municipal para viajes personales.

Incluso, los registros de asistencia quedaron impolutos: nadie firmó una entrada a las 8:00 AM y se fue a las 8:05 AM. La magia del feriado logró lo imposible.

La solución definitiva: ¿Cerramos la municipalidad?

Viendo los resultados, muchos vecinos han propuesto una solución innovadora: cerrar la municipalidad de Guaymallén de manera indefinida. Si el fin de semana largo demostró que la ciudad funciona mejor sin funcionarios gestionando, ¿por qué no hacer que todos los días sean feriados? Un milagro.

Por ahora, la calma reinó en Guaymallén. Pero no nos confiemos: el miércoles, con la vuelta de los trabajadores municipales, todo volverá a la normalidad.

O sea, al caos habitual.


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