Lujo desmedido en tiempos de crisis: los contribuyentes pagan la fiesta. Por Néstor Bethencourt
Gala en Guaymallén: Cuando creíamos haberlo visto todo, Guaymallén nos vuelve a sorprender con su capacidad de derrochar dinero público.
La excusa: vestir a las representantes de la Vendimia con la opulencia digna de un desfile real.
Según el expediente EE-22017-2024, se destinarán nada menos que $2.541.000 para adquirir zapatos de ultra alta gama. Cada par cuesta la módica suma de $121.000. Sí, leíste bien: medio sueldo municipal promedio (de los sufridos trabajadores) por un par de zapatos.
Y esto es solo el comienzo.
Un gasto total que asusta: $17.463.500 para atuendos vendimiales
El derroche de gala continúa con el expediente EE.21836-2024, que detalla el costo total de vestir a las reinas distritales: $17.463.500. Esta cifra incluye vestidos largos, atuendos y, claro, esos célebres zapatos.
Los expedientes fueron inicializados desde la dirección de cultura, dependientemente de la secretaría de gobierno, a cargo de Mauricio Iglesias.
Si hacemos cálculos rápidos, cada participante de gala será vestida por un promedio de $610.000. Sin zapatos.
Detalle de los gastos
- Zapatos: $121.000 por par.
- Vestidos largos y atuendos: Más de $479.000 por participante.
- Cálculo total por reina: $610.000.
¿Austeridad? Parece que en Guaymallén es una palabra prohibida.
La inspiración europea: ¿Vistieron a la realeza en Barcelona?
No olvidemos la reciente visita a Barcelona del intendente Marcos Calvente, acompañado por Melisa Villarroel e Ignacio Conte. Los gastos del viaje aún con pedido de informes realizado en el HCD por concejales Pozzoli, Sedano, Morales y Bastías, permanecen bajo siete llaves, pero lo que sí parece evidente es que esta travesía pudo haber inspirado el despliegue de gastos en la Vendimia.
¿Será que los viajantes quedaron deslumbrados por la moda de la realeza europea y decidieron replicarla en la “Capital del Espumante”? Todo indica que sí.
Fiesta, corrupción y abandono: un combo explosivo.
Mientras los desfiles de lujo toman forma, la realidad en Guaymallén pinta un panorama desolador:
- Empleados sin equipamiento: Muchos trabajadores municipales realizan sus tareas sin la ropa ni herramientas adecuadas.
- Vecinos indignados: Pese a pagar tasas municipales de “excelencia”, no ven mejoras sustanciales en los servicios básicos.
- Corrupción descontrolada: La gestión actual, encabezada por Calvente, parece más preocupada en justificar lo injustificable que en resolver los problemas de fondo.
El gobernador Alfredo Cornejo anunció recientemente una reducción de gastos en la provincia. Pero en Guaymallén, al parecer, nadie escuchó.
El duelo Calvente-Iglesias: una guerra política que paraliza
La ¿interna política? entre Marcos Calvente y su predecesor, Marcelino Iglesias, ha dejado a Guaymallén sumida en el desgobierno. En lugar de enfrentar los casos de corrupción denunciados en múltiples oportunidades, la gestión actual se dedica a buscar excusas, excusas y más excusas. ¿Sufrirán el síndrome de Estocolmo algunos?
Ecos Mendocinos ha expuesto pruebas fehacientes de irregularidades, pero los responsables siguen cómodos en sus puestos.
Cuando el derroche es la norma, ¿quién pone un límite?
Además de los gastos desmedidos en la Vendimia, la gestión actual parece adicta al lujo y la ineficiencia:
- Reparaciones sin sentido control ni cuidado: Se destina dinero a reparar vehículos mayores nuevos, con menos de un año de uso.
- Licitaciones millonarias: En los próximos días, se abrirán licitaciones en dólares para sistemas y vehículos. Mientras tanto, los talleres parecen tener un lucrativo acuerdo con “los vivos de siempre”.
- Gastos sin control: Nadie revisa los expedientes y las denuncias quedan archivadas en la Dirección de Asuntos Jurídicos.
Conclusión: una fiesta con un costo muy alto
Guaymallén se viste de gala para la Vendimia, pero los vecinos pagan un precio muy alto. Entre zapatos de $121.000 y vestidos de $610.000, la gestión municipal demuestra que la austeridad no está en su vocabulario.
Es hora de que alguien ponga el cascabel al gato y detenga este descontrol.
Los contribuyentes merecen transparencia y eficiencia, no un desfile de lujo financiado con sus impuestos.
Mientras tanto, los ojos de todos están en Calvente y su equipo. La pregunta es: ¿harán algo para cambiar esta situación, o seguirán viviendo a costa de los demás?
Es hora de dejarse de joder con los acuerdos políticos tóxicos y empezar a gestionar como se debe.
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Lobos volve te perdonamos 🙏
Al lado de estos sos un nene de prejardin 🤦
Antes te quejabas porque no había fiesta y ahora porque se gasta demasiado. En que quedamos Néstor?
Simple, fiesta con austeridad, los lujos que se los paguen con la de los funcionarios, no con la nuestra. Facil… $ 730.000 pesos por vestir cada participante es DERROCHE. Total todo saldrá de los contribuyentes, como la farsa del viaje a Barcelona. Saludos