Que este 2026 nos encuentre con salud, con trabajo, con afectos cerca y con la cabeza un poco más liviana. Que haya mesa, que haya abrazo, que haya paz en casa. Y que, si la vida viene brava, al menos venga con alguna buena noticia para equilibrar.

Ahora sí: vayamos a lo puntual. Guaymallén.
Porque si algo deseamos con fuerza —y sin eufemismos— es que este año se empiece a destapar la corrupción cuanto antes. Que empiece a caerse el telón donde haga falta. Que los expedientes dejen de ser una caja negra. También que el “no hay información” no sea la respuesta automática. Que “reservado” no sea sinónimo de “no se toca”. Que el relato no tape la realidad. Y que, por una vez, la palabra control no sea solo una decoración de oficina.
En Ecos Mendocinos creemos que vamos por buen camino. No porque todo esté resuelto, sino porque cada vez cuesta más ocultar lo evidente. Se pregunta, se comparte más. Se compara más. Y cuando la ciudadanía deja de mirar para otro lado, el poder deja de estar cómodo.
A nuestros lectores: gracias.
Gracias por acompañar, por leer, por discutir, por corregirnos cuando corresponde, por aportar datos y por sostener un periodismo que a veces molesta, pero que intenta cumplir una función simple: poner luz donde alguien prefiere sombra. Nuestro deseo para ustedes y su familia es claro: que el 2026 les traiga lo mejor, según lo que hayan sembrado, trabajado y cuidado. Que se multipliquen las cosas buenas. Y que las malas, al menos, pierdan fuerza.
Y hoy queremos decirlo sin vueltas: un sentido abrazo a los que siempre, de una forma u otra, defienden la honestidad y la practican. A los que laburan bien aunque nadie los aplauda. Los que cumplen aunque sea más fácil “arreglar”. A los que no transan. A los que no necesitan explicarse porque su conducta los explica.
Nosotros alzamos la copa con ellos: con los honestos de siempre.
Los demás… que este 2026 les traiga lo que corresponda. Con controles reales, auditorías. Con nombres y responsabilidades. Y con consecuencias.
Feliz Año Nuevo, Guaymallén. Que este sea, por fin, el año de la verdad.
— Ecos Mendocinos